Un nuevo miembro de la familia
Lejos de nuestra galaxia espiral, hay muchos mundos que todavía no están descubiertos, estos mundos tienen seres muy distintos y muy diferentes a nosotros. Algunos no tienen animales y otros están gobernados por animales, en algunos ni si quiera se celebra la Navidad.
Bueno, pues de eso va a ir mi cuento. Todo el mundo sabe que en la galaxia solar el único planeta que alberga vida es la tierra. Pero... y fuera , conocemos algo. Lejos de la vía láctea a miles y miles de km luz de la tierra, un planeta gigantesco vagaba por el universo.
Este esperaba un nuevo miembro, una familia concretamente los Glonto esperaban a un nuevo hijo. Todos esperaban ansiosos para ver a su pequeño miembro. A los pocos segundos el padre trajo al bebé, este era de un color verde, tenía un ojo gigantesco muy despierto y curioso. Sus dedos eran pequeños con unas ventosas y sus pies eran unos pequeños tentaculillos.
La familia al verle se emocionó, lo que pasaba es que su ojo era demasiado llamativo. Con él no sólo veía los objetos y los seres, sino que era capaz de adivinar los sentimientos de cada persona.
Esa noche, después de darle al bebé su biberón este se quedó dormido.
Por la mañana un bostezo de la abuela despertó al niño que tenía en los brazos. Este que no tenía un pelo de tonto fue hasta las escaleras gateando, al ver que no podía subirlas fue a la cocina. Allí estaba su padre tomándose el desayuno. El pequeñajo fue a la puerta en la que había una gatera. Su madre al despertarse se puso histérica mientras buscaba. El padre buscó por la casa mientras que la madre buscó entre los arbustos del jardín.
- ¿ Por qué nos tiene que pasar esto ? - Decían todos entre sollozos.
Nadie sabía dónde estaba escondido su pequeño.
Todos estaban muy tristes, recordaban la cara de su pequeño hijito y la lágrimas se le saltaban.
Mientras tanto, el pequeñajo iba a hacerle una pequeña visita a la tienda de animales. Allí el dependiente atendía a los demás. Los ojos de los animales siempre miraban hacia el pequeño. Al chiquitín se le ocurrió la descabellada idea de ir soltando a los animales. Estos chillaban de alegría al ver cómo el bebé quitaba la jaula. Aunque hay uno que no corrió la misma suerte...... El pobre cuatrinejo fue atrapado por el niño. Este le dio tres achuchones y lo dejó mareado. mientras los otros animales corrían y el dependiente los intentaba coger con una red, el niño escapó con el conejo.
- Buhhhh - Gritaba el conejo.
El pobre pequeño no se dio cuenta de que por la calle venía una nave. Se puso hecho una bolita y pasó por debajo haciendo la croqueta. Luego emprendió su marcha por la ciudad. Mucha gente al verlo se quedó asombrada, hasta que uno reconoció al bebé.
- Oye ¿ Este no es el hijo de los Glonto ? - Dijo una voz.
El hombre cogió al chico y lo llevó a la casa de sus padres con el conejo moribundo incluido. Justo al llamar al timbre la madre abrió cómo una loca, sostenía un papel en la mano y ya estaba lleno de lágrimas. Sus pelos estaban revueltos y sus ojos más que ojos parecían platos, al ver a su hijo le faltó espacio para esbozar una gran sonrisa que alegró al niño. La madre dio mil gracias al señor que trajo a su hijo.
Después este se marchó porque según él tenía mucha prisa. Los familiares al advertir la presencia del chico salieron al portal y le dieron mil besos. Ese día todo fue gozo y alegría. Y desde ese día los padres del chico adivinaron que la vida le depararía grandes cosas a su hijo.